16 abril 2024, 00:56 AM




Los humedales del país tienen su propia línea de investigación en el INTA

Los humedales del país tienen su propia línea de investigación en el INTA

Por primera vez, el instituto le asigna un lugar clave al estudio de estos ecosistemas en la cartera nacional de proyectos, con el objetivo de conocer su distribución y usos productivos y promover la adopción de buenas prácticas para una producción sustentable. Hasta el momento, la temática era tratada a partir de experiencias locales o regionales.

HumedalesLos humedales, entre los que se incluyen entornos como bañados y esteros, vegas y mallines, pastizales inundables y/o anegables, turberas, bosques fluviales, zonas costeras estuarinas y marinas, son ambientes que se encuentran, en general, total o parcialmente anegados. Se consideran uno de los ecosistemas más valiosos en términos económicos, productivos y ambientales, debido a su rol en la provisión de servicios ecosistémicos y biodiversidad.

No obstante, más del 35 % de los humedales del mundo se han perdido y el 60 % de los remanentes están degradados, principalmente a causa de la sobreexplotación de los recursos, el desarrollo urbano y el drenaje, la conversión para actividades agropecuarias y el cambio climático. La Argentina no es ajena a este contexto global; estimaciones indican que estos ecosistemas ocuparían entre el 12 y el 21,5 % de la superficie del país.

Atento a una demanda social que cada vez más prioriza la sustentabilidad respecto de qué y cómo producir en los humedales, en su nueva cartera nacional de proyectos de investigación el INTA le asigna un lugar clave al estudio de estos ecosistemas, con el objetivo de conocer su distribución y usos productivos y promover la adopción de buenas prácticas para una producción eficiente y sustentable. Hasta el momento, si bien la institución tiene una larga trayectoria en la temática, los estudios eran abordados local o regionalmente.

María Fabiana Navarro, investigadora del Instituto de Suelos del INTA y coordinadora interina del proyecto, destacó la posibilidad de generar mapas probabilísticos de ocurrencia de humedales, que permitan conocer su distribución –ya que las estimaciones disponibles están basadas en relevamientos a pequeña escala y no son concluyentes respecto de la superficie total en el país– e identificar sus principales usos productivos.

HumedalesComo organismo científico-técnico, Navarro explicó que “el gran desafío para el INTA está en generar conocimiento que contribuya a maximizar las oportunidades productivas de alimentos y bienes en estos ambientes, a partir de reducir al mínimo posible los impactos ambientales y sociales negativos”.

En este sentido, Natalia Fracassi, investigadora del INTA Delta y coordinadora interina de un proyecto nacional de Biodiversidad, argumentó: “En manos de los múltiples tomadores de decisión, este conocimiento contribuye a la formulación de políticas públicas que incentiven no sólo una producción más rentable y eficiente, sino también que garanticen la provisión de productos aptos para el consumo humano o animal, que reduzcan o eviten vías de contaminación o degradación de los humedales, a la vez que se conserven aquellos sitios y especies de importancia nacional e internacional”.

De cara a los años próximos, Fracassi, quien se desempeña como integrante del comité técnico del proyecto, señaló que “el aumento de la demanda de servicios ecosistémicos para el aprovisionamiento de alimento, fibra y agua –en línea con el crecimiento poblacional–, las proyecciones económicas y los cambios en los patrones de consumo harán más marcada la actual tendencia de intensificación de la producción en humedales, pero de manera sostenible”.

“A estos factores se suma la aparición de nuevos actores y nuevas formas no tradicionales de producción agropecuaria y forestal”, añadió la investigadora del INTA Delta.

Asimismo, Fracassi indicó que los resultados de la investigación se plasmarán en herramientas de gestión del territorio construidas sobre la base de la coproducción del conocimiento, gracias a la interacción y consenso con una multiplicidad de actores sociales vinculados al uso, manejo y conservación de los humedales.

En este sentido, Navarro destacó la generación de Guías de Buenas Prácticas (GBPs) agropecuarias y/o forestales, según región o provincia y acordes a los criterios y necesidades priorizados por los actores del sector.

“Esperamos que tanto los mapas como las guías sean herramientas que contribuyan a la planificación y ordenamiento de los usos productivos de los humedales”, observó Navarro, quien agregó: “Además, dada la multisectorialidad de la metodología propuesta, se espera la adopción de buenas prácticas tanto en la gestión de los predios productivos en ambientes de humedales, como en la producción de nuevas pautas de manejo”.

Fuente: INTA

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