Arroyo Claro: cómo mejoró el curso contaminado a partir del aislamiento
Un informe del Instituto de Derecho Ambiental y Sustentabilidad del Colegio de Abogados de San Isidro muestra cómo la inactividad industrial, producto del aislamiento social preventivo y obligatorio, modificó la calidad del agua del arroyo Claro.
El arroyo Claro atraviesa los municipios de José C. Paz, Malvinas Argentinas y Tigre. A lo largo de su curso de agua se encuentra el Parque Industrial Garín en donde se ubican industrias automotrices como Ford y Volkswagen; y también barrios que no cuentan con sistema de cloacas. El sistema de recolección de residuos es imperfecto, lo que motiva a los pobladores a desechar aguas servidas sin tratamiento y basura al arroyo.
El Instituto de Derecho Ambiental y Sustentabilidad del Colegio de Abogados de San Isidro desarrolló estudios y denunció estas prácticas de contaminación que posee El Claro. En uno de esos informes, elaborado en octubre pasado, se tomaron muestras del agua y el resultado fue que poseía una serie de “sustancias contaminantes tal como cromo, cadmio, plomo, níquel, arsénico, cobre, zinc, hierro, mercurio, estaño, fósforo, cloruros, sólidos disueltos totales, hidrocarburos, aceites y grasas, DBO y DQO elevadas y oxígeno disuelto”.
El informe además indica que podía observarse espuma en grandes cantidades; sobrenadantes tales como grasas, hidrocarburos, aceites, residuos sólidos urbanos, ramas, etc; olores nauseabundos y olores penetrantes de posible origen químico que afectan tanto los ojos como las mucosas; color verde oscuro del agua con vetas violáceas en algunos sectores y días, en otros se advirtieron coloraciones rojizas o moradas; y fuerte olor a huevo podrido.
A partir del DNU presidencial sobre el aislamiento social preventivo y obligatorio que busca mitigar los efectos de la pandemia por el COVID-19, el arroyo Claro ha modificado notoriamente su imagen. “Las industrias del Parque Industrial Garín como asimismo las restantes de la región cesaron en sus procesos productivos, por lo tanto no hay o resultan sumamente escasos los vuelcos de origen industrial”, indicaron desde el Instituto de Derecho Ambiental y Sustentabilidad.
A su vez indicaron que “se incrementaron los residuos y vuelcos domiciliarios (aguas negras y aguas servidas) como consecuencia de que la población está en sus casas. No obstante ello, se puede apreciar un cambio profundo en el color y olor del curso de agua”.
Desde el Instituto indicaron que “el color del agua es amarronada (propia del Delta del Paraná), no hay olor penetrante que irrite los ojos o bien la mucosa. No se aprecian olores a químicos. No se ven espumas ni sobrenadantes tales como aceites o grasas. Tampoco se observan cambios de coloración a verde oscuro, negro o violáceo. Se observan larvas de mosquito vivas en grandes cantidades”.
A su vez indicaron que finalizado el aislamiento social y con el reinicio de la actividad industrial, los licenciados Miguel Sainz y Mariano López nuevamente realizarán las muestras del curso de agua para confirmar o refutar que la industria impacta en la contaminación del arroyo.
Dejamos el video que compartieron en sus redes en donde se aprecia el cambio del curso del agua.
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