Carreros, los nuevos aliados de la provincia para salvar al río Reconquista
Acostumbrados desde chicos a transportar basura con la ayuda de sus caballos, aprenden a clasificar los residuos para bajar el nivel de contaminación de la cuenca.
Por su magnitud y sus urgencias, el río Reconquista podría representar uno de esos rompecabezas de miles de piezas que, una vez dispuestas con inteligencia, permiten avanzar con confianza y favorecen el resultado, aunque el final se perciba aún lejano.
Ese complejo entramado que atraviesa 18 municipios bonaerenses, encuentra hoy a su paso nuevos aliados en el desafío de poner fin a las toneladas de basura que acumula la cuenca desde hace décadas en zonas bajas e inundables, y los problemas que acarrea el agua contaminada para los más de 400 asentamientos de emergencia registrados en la ribera.
Con aval de la provincia, los carreros, acostumbrados desde chicos a transportar residuos con la ayuda de sus caballos, se entrenan actualmente en tareas de recolección y separación de residuos de origen, especialmente en aquellos barrios de difícil acceso que limitan la circulación de los camiones tradicionales.
Estos guardianes, autóctonos del Reconquista, pronto se convirtieron en verdaderos promotores del cambio y de la presencia de “iniciativas verdes” que crecen allí, para ofrecer una alternativa sustentable al sistema de clasificación de la basura, ya sea para el reciclado o su disposición final.
Un modelo que se afianza (y replica)
La Garrote, un predio vulnerable de 13 hectáreas emplazado en el extremo sureste del Partido de Tigre, protagonizó en mayo de 2019 el primer gran paso de Barrio Limpio, un modelo pionero en Buenos Aires, con la instalación de una pequeña planta de reciclaje manejada por vecinos, tras un crudo diagnóstico de carencias y riesgos ambientales por su alto nivel de contaminación.
Desde entonces, los carreros, o anfitriones del acopio reunidos en una cooperativa, recolectan y clasifican la basura, y capacitan en el trabajo a otras familias, con la ayuda de la ONG ProyectAR y un equipo de psicólogos de la provincia. Están convencidos de que la tarea los empodera para reinsertarse al entorno social y urbano mientras reciben $10 por cada kilo de desechos que recogen, y los avances en el saneamiento se consiguen más rápido en comunidad. “Es muy nutrida la evidencia en diferentes países que demuestra que el trabajo en comunidad para el reciclado es un proceso que implica empoderamiento y ejercicio de ciudadanía”, consigna un informe que detalla la situación que se vive en esa porción del territorio bonaerense.
Es muy nutrida la evidencia en diferentes países que demuestra que el trabajo en comunidad para el reciclado es un proceso que implica empoderamiento.
La prueba piloto, ceñida al principio a la planta, sembró -según impulsan los ideólogos del programa- las condiciones para expandirse y cumplir con esta idea de “generar conciencia de cuidado desde una economía regenerativa a partir de la basura”.
Por ese motivo, en 2020, reemplazarán la bicicleta y el caballo por motos con carro, y avanzarán en la renovación de otro galpón (esta vez de material y mejor acondicionado), la construcción de un merendero para los chicos del barrio (intentarán que los menores reciban allí educación ambiental y reciclen sus residuos) y la creación de huertas orgánicas para que puedan comenzar a cosechar sus propios productos. Además, en asociación con la ONG Bote al agua, se los capacitará en el arreglo de botes y se les entregará uno para que puedan recoger material en las costas y comercializarlo, sobre todo, plástico. También se armará un horno de barro para la fabricación de prepizzas y panificados. Todo apunta a que cultiven oficios y puedan sostenerse económicamente en el largo plazo con ellos.
En etapas posteriores y con el éxito de los resultados obtenidos, los impulsores de Barrio Limpio intentarán replicar el modelo, de acuerdo con las necesidades de cada lugar, en otros puntos de la cuenca, como Dique Luján y Fuerte Apache, algunas de las poblaciones donde habitan las 1.500.000 personas distribuidas a la vera del río.
“Fue mucho lo logrado en la cuenca: educación financiera, capacitación, talleres, generación de cooperativas, salud pública, rescate de animales y tantas cosas más. Un trabajo de hormiga…”, relató Carolina Casares, directora ejecutiva de ProyectAR.
Y agregó: “Nuestra expectativa para este año es llegar con Barrio Limpio a más de 20 centros comunitarios y merenderos, generando oportunidades para que los vecinos desarrollen sus potencialidades”.
Reunión clave
El trabajo de los carreros y la estructura que hay detrás encuentra en el gobierno actual de la provincia un guiño para no bajar los brazos y acumular experiencia en la administración de una cooperativa en todas sus aristas.
Hace un par de semanas miembros de ProyectAR participaron de una reunión clave con integrantes de Desarrollo Social para presentar la propuesta de La Garrote, y con ella poder sistematizar más réplicas en otras zonas comprometidas de la cuenca. Hubo entusiasmo y deseo de avanzar en un futuro próximo con la iniciativa, confiaron a este medio fuentes cercanas, sin dar a conocer detalles, ni plazos, ni condiciones.
En paralelo, desde la Agencia de Promoción de Hábitat del Municipio de Tigre y la Secretaría de Estrategia y Planificación del Espacio Territorial encaran en la zona un programa urbano para inaugurar tres plazas (De la Virgen, La Arenera y De la Inclusión) con el fin de urbanizar y combatir la desigualdad.
Los tres pilares de Barrio Limpio
Encontrar volquetes repletos de basura, basurales incinerados a cielo abierto o la acumulación de basura para ser arrastrada por la creciente son realidades cotidianas de las postales que devuelve el Reconquista hoy.
Por eso, el programa propone dar respuesta al problema y generar un sistema que se integre al modelo tradicional y a todo aquello que en él funciona. Con ese objetivo, las tareas se apoyan en tres ejes fundamentales:
- Ambiental: buscan redireccionar miles de toneladas de basura a plantas de acopio o darles una disposición final adecuada en el Ceamse en lugar de contaminar las napas, el río y las tierras de los barrios.
- Salud pública: se orientan en mejorar notablemente la salud de los habitantes de la cuenca, que sufren males respiratorios, daños en la piel, irritación en los ojos, y alergias, entre otros, por no administrar adecuadamente estos residuos.
- Económico: existe una transferencia directa de dinero a las familias organizadas en una cooperativa por el trabajo de la venta mayorista de los materiales reciclables, y también por el pago del acarreo de la basura hasta las plantas de acopio por parte de los vecinos.
Fuente: Valeria Vera para La Nación