¿Cuál es la situación de los humedales en la Argentina?

by Sabrina Garcia | 28 de febrero de 2022 12:55 AM

Por Florencia Ballarino

Salinas, lagunas, albuferas, mallines, urberas, esteros, bañados, marismas; los humedales representan uno de los ecosistemas más variados y valiosos de la Tierra, indispensables para los seres humanos y la naturaleza por su valor intrínseco y por los beneficios y servicios que proporcionan. A pesar de que sólo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales.

En la Argentina, según un estudio liderado por la ecóloga Patricia Kandus, se estima que hay 600 mil kilómetros cuadrados de humedales, entre un 21 y 23% del territorio nacional, aunque se precisa contar con un mejor registro.

“Los humedales son de extrema importancia porque son los mayores sumideros de dióxido de carbono. Además, son las esponjas de la naturaleza porque tienen la capacidad de contener los excedentes de agua producto de las precipitaciones y también de retener el agua en periodos de sequía”, explicó Patricia Pintos, subdirectora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata. Y agregó: “Generan una riquísima biota, una fauna y flora absolutamente particulares que hoy están en boca de todo el mundo por los incendios en Corrientes”.

A pesar de estos grandes beneficios, los humedales son unos de los ecosistemas que sufren mayor deterioro, pérdida y degradación. La Convención Internacional sobre los Humedales, la Convención de Ramsar -a la que Argentina adhirió en 1991-, estimó que desde 1970 se ha perdido un 35% de los humedales a nivel mundial. La conclusión en la última actualización del estado mundial de los humedales es que esta pérdida continúa y lo que es más grave es que se produce a una tasa 3 veces mayor a la pérdida de bosques.

“Desde los ‘70 la región que más pérdida y degradación de humedales ha tenido es Latinoamérica y el Caribe con una disminución del 58%. Lo vemos a diario con estas grandes transformaciones que se están haciendo en muchos humedales de nuestro país”, manifestó Rubén Quintana, doctor en Ciencias Biológicas e investigador en el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín.

Entre las actividades humanas que provocan la pérdida de humedales, relevadas por la Convención de Ramsar, están el drenaje y relleno para usarlos para agricultura y construcción, la contaminación, la pesca excesiva y la sobreexplotación de recursos, las especies invasoras y el cambio climático.

Pero cada tipo de humedal tiene asociada una problemática propia. Por ejemplo, un estudio realizado por Quintana y colegas en el Delta del Paraná concluyó que, entre mediados de los años ‘90 y 2012, se perdió el 40% de los humedales en lo que se conoce como Bajo Delta por transformaciones drásticas a través de endicamientos y canalizaciones, sobre todo para utilizar estas áreas para uso productivo o urbanizaciones.

“Se necesita un marco normativo que proteja a los humedales y de alguna manera ordene los usos. Nadie está de acuerdo con prohibir el uso de estos ecosistemas, por supuesto debe haber áreas protegidas, pero el resto podría estar bajo ciertos criterios de uso sostenible. Lo que está claro es que no se puede hacer cualquier cosa, no se puede transformar humedales en ecosistemas terrestres para hacer actividades productivas o la nueva variante de los últimos años: emprendimientos inmobiliarios”, sostuvo Quintana.

Una demanda que lleva 10 años

En la Argentina, la demanda por una ley de humedales para la conservación y uso sostenible de estos ecosistemas tiene ya más de 10 años. En 2 ocasiones, 2013 y 2016, proyectos de ley tuvieron media sanción del Senado pero se frenaron en la Cámara de Diputados.

En los últimos 2 años se presentaron 15 proyectos de ley de protección de humedales en el Congreso. Durante ese mismo año ambas cámaras impulsaron una serie de sesiones informativas públicas en las que participaron científicos, académicos y organizaciones socioambientales, así como el Consejo Federal de Ambiente (Cofema) y el Consejo Hídrico Federal, el sector productivo y los propios legisladores y sus asesores. Se conformó un grupo de trabajo y se logró un texto unificado y consensuado.

El 20 de noviembre de 2020, la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente Humano de Diputados -que preside el diputado Leonardo Grosso (Frente de Todos)- dio dictamen unificado al Proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el Uso Racional y Sostenible de los Humedales, pero luego quedó “cajoneado” durante todo 2021 por las 3 comisiones que restaban analizarlo y aprobarlo para que bajara al recinto: Agricultura, Intereses Marítimos y Presupuesto. De esta forma, tras no ser incluido para ser tratado en sesiones extraordinarias en el Congreso, el proyecto perdió estado parlamentario.

La iniciativa establecía, entre otras cosas, una definición de humedales precisa y basada en consenso científico, la incorporación de los humedales en los procesos de ordenamiento ambiental territorial previstos por la Ley General del Ambiente 25.675, la creación de un Inventario Nacional de Humedales, el uso racional y sostenible de los humedales, la creación de un Programa Nacional de Conservación de Humedales y un Fondo Nacional cuyo partida presupuestaria no podía ser inferior al 0,3% del presupuesto nacional.

¿Hacía un nuevo proyecto?

En el Día Mundial de los Humedales, el 2 de febrero último, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié (Frente de Todos), anunció durante una reunión organizada junto al Cofema que se comenzará a trabajar en un nuevo proyecto de ley para la conservación y uso sostenible de humedales.

Pero, al mismo tiempo, Grosso aseguró que el próximo 1° de marzo volverá “a presentar la Ley de Humedales que logró dictamen unificado en 2020” y perdió estado parlamentario.

El anuncio del Ministerio de un nuevo texto fue criticado por las organizaciones socioambientales que exigieron no desconocer el trabajo realizado. “La sanción de la Ley de Humedales no debe partir de cero ni dilatarse más. Creemos que este demorado anuncio de la máxima autoridad ambiental del país parece querer volver a foja cero, al omitir en su declaración el trabajo colectivo, interinstitucional y multisectorial ya realizado en el Congreso, y por el cual se logró un texto unificado con dictamen”, expresaron desde la Red Nacional de Humedales en un comunicado.

Desde el Ministerio de Ambiente de la Nación indicaron a Chequeado: “La mejor manera de tener una ley de protección de humedales es con diálogo y una visión federal, es por eso que el espacio indicado para dar este debate es el Cofema”. Acerca del comunicado de las organizaciones socioambientales sostuvieron: “Está claro que hay una demanda social muy importante sobre el tema y nuestro espacio político se comprometió en la campaña a apoyar una ley, por eso estamos convocando a todos los sectores para la elaboración de un proyecto ley que sintetice todas las miradas y los intereses”.

Los especialistas son conscientes de que la sanción de una ley por sí sola no va a solucionar el problema de la pérdida y degradación de los humedales. “La ley puede ser letra muerta sino se cuenta realmente con los elementos que se requieren para implementarla: institucionalidad y que se la dote de una partida presupuestaria para que no pase como con la Ley de Bosques”, sostuvo Pintos.

“La ley es una herramienta que puede ayudar a la gestión pero debe haber una decisión política de finalmente considerar estos ecosistemas como ecosistemas críticos para nuestra propia supervivencia. La Argentina tiene dos tercios de su superficie de tierras secas, entonces deberíamos pensar la importancia de estos ecosistemas como reservorios de agua”, concluyó Quintana.

Fuente: Florencia Ballarino para Chequeado

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