Diseñan marroquinería con bolsas de arena descartadas por Vaca Muerta
Tres hermanas crearon una marca de marroquinería premium hecha a partir de las bolsas de arena que descartan en Vaca Muerta. Fueron seleccionadas para formar parte del programa de incubación que tiene la Universidad de San Andrés. Recibieron mentorías y el capital semilla.
Las hermanas Ornella, Carla y Mora Basilotta trabajan en el rubro de indumentaria y textil hace más de 12 años. Juntas habían montado su propia marca de ropa femenina que llevaba su apellido y llegó a tener presencia en todo el país.
Fracking Design, su emprendimiento actual, nació como un proyecto dentro de la propia marca. “Empezamos a crecer mucho y en un momento nos encontramos con una crisis de identidad vocacional. Teníamos una necesidad de cambiar y surgió la idea de hacer una colección cápsula con fibras naturales autóctonas”, dice Ornella, la encargada del diseño.
En ese momento, las hermanas viajaron a Neuquén en búsqueda de lanas, pero en el viaje se encontraron con un material nuevo: de visita en una planta que trataba residuos petroleros, vieron los bolsones de arena que Vaca Muerta tiraba y terminaban quemándose. “Eso era una tela, no podíamos creerlo. Ahí se nos ocurrió reciclarlo”, apunta.
Fue tal el entusiasmo que la marca mutó en una marca nueva de marroquinería reciclada. Volcaron todos sus años de experiencia en crear un producto premium hecho a base de los residuos de las big bags. “Un solo pozo descarta unos 26.500 bolsones que no se reciclaban”, apunta Ornella.
En 2018 se lanzó oficialmente la nueva empresa, que requirió todo un proceso de transformación para la firma anterior. Ambas marcas convivieron durante un tiempo, hasta que las hermanas Basilotta decidieron enfocarse cien por ciento en Fracking Design. “Hicimos una acción de marketing con la ropa que nos quedaba. Viajamos por todas las provincias donde teníamos clientes y franquicias y fuimos contando sobre el nuevo proyecto para ver cómo reaccionaban e hicimos una preventa mayorista”, cuenta la fundadora.
En ese momento, quedaron seleccionadas para formar parte del programa de incubación que tiene el Centro de Entrepreneurship de la Universidad de San Andrés. Además de mentorías recibieron capital semilla, que junto con el dinero de la preventa y un extra proveniente de la marca anterior sumó $ 5 millones para arrancar.
“En Neuquén se viralizó muy rápido el proyecto y muchas petroleras nos comenzaron a llamar para hacer merchandising con su propio residuo. Eso nos dio un gran empujón monetario también”.
Las tres hermanas complementan muy bien sus perfiles. Además del diseño a cargo de Ornella, Carla es politóloga y especialista en Comercio Exterior, por lo que se encarga de la pata administrativa y del trato con los clientes corporativos. Mora, por su parte, es licenciada en Comunicación y tiene a su cargo las redes y el e-commerce.
Llegan a los clientes de forma directa a través de su tienda virtual, pero también apoyan el negocio en la venta mayorista a revendedores del interior del país. La empresa, que tiene el sello de Buen Diseño Argentino que otorga el ministerio de Producción, tiene un catálogo de accesorios que va desde mochilas, carteras, y monederos hasta calzado, fundas o materas.
El proyecto es de triple impacto: social, ambiental y económico. “Parte de nuestro propósito es fomentar el trabajo justo, por lo que relevamos cooperativas de Buenos Aires y de Neuquén para armar toda una cadena productiva”, explica Ornella. El plan a futuro es comenzar a exportar y llevar sus diseños al mundo.
Fuente: Eugenia Iglesias para El Cronista