by Sabrina Garcia | 13 de septiembre de 2022 12:36 AM
Desde Zona Norte Ambiental venimos cubriendo los distintos focos de incendio que vienen ocurriendo en nuestro país. En esta entrega te contamos cuál es la situación de la Provincia de Buenos Aires y qué acciones lleva a cabo el gobierno bonaerense.
Lo primero que tenemos que hacer para hablar de incendios es conocer el territorio y el nivel de riesgo que hay en cada una de las regiones. La provincia de Buenos Aires ocupa una superficie de 307.571 km² que se divide en:
Además están las zonas urbanas. Entre ellas y las áreas agrícolas, áreas protegidas forestales y de bosques nativos se encuentran las zonas de interfase: aquellas áreas de transición rural-urbana donde las estructuras edilicias se entremezclan con la vegetación.
Así, se configuran esquemáticamente dos tipos de zonas de riesgo de incendios:
Aquí hay alto riesgo de incendios de “interfase”. Para enfrentar estos incendios se requiere la preparación y la prevención de la población, fomentar el equipamiento logístico y la capacitación permanente de los actores principales (Bomberos, Policía, Defensa Civil, funcionarios municipales y sociedades de productores agropecuarios).
Las Islas del Delta del Paraná se ven frecuentemente afectadas por incendios de pastizales y forestales, a menudo intencionales, que duran varios días y ocupan grandes extensiones.
La costa atlántica y las sierras (desde el Partido de La Costa hasta Monte Hermoso, Tornquist, Tandil) poseen áreas con poca alteración de la vegetación, combustibles superficiales y aéreos continuos, con amenaza directa a viviendas y estructuras, muy poca disponibilidad de agua y difícil acceso debido a las dunas costeras o a las áreas rocosas o con pendiente.
En el sudoeste (Villarino y Carmen de Patagones) se producen incendios de grandes extensiones sobre la vegetación autóctona.
En el último mes el Delta del Paraná fue protagonista de incendios. Se trata de un humedal de importancia a escala continental que nos brinda diversos servicios ecosistémicos como:
Del total de incendios, aproximadamente un 5 % suceden por causas naturales, por ejemplo, un rayo que cae sobre un árbol en medio de una tormenta. El otro 95% se debe a causas humanas que pueden ir desde accidentes y negligencia hasta la intencionalidad expresa.
Históricamente, en las Islas del Delta —y particularmente en las tierras destinadas a uso ganadero— el fuego se usa como herramienta para eliminar la vegetación con poco valor forrajero al término del invierno, para favorecer el rebrote de pastos tiernos y de mayor palatabilidad. Asimismo, se lo utiliza para “limpiar” terrenos, árboles, pastos, animales silvestres, evaporar el agua, y así dejar el campo disponible para producir, o para intervenir en el valor económico o ambiental de las tierras y luego llevar adelante emprendimientos inmobiliarios.
Sin embargo, en los últimos años las condiciones climáticas de la región se han visto alteradas. El Delta registra un período de sequía desde finales del año 2019 que trajo como consecuencia una bajante del río Paraná sin precedentes desde 1944. A su vez, debido al avance del cambio climático, la Argentina viene registrando una tendencia de aumento de temperaturas. Estos factores aumentan la vulnerabilidad del territorio, lo cual obliga a revisar las prácticas de manejo y gestión del fuego de parte de todos los actores.
La Ley de Manejo del Fuego nacional fue sancionada en 2012 y estableció los presupuestos mínimos para la protección ambiental en materia de incendios forestales y rurales, y la creación del Sistema Federal de Manejo de Fuego. En diciembre de 2020 se sancionó una modificación que incorpora a la normativa herramientas específicas para terminar con los incendios intencionales y especulativos. La modificación establece que, en caso de incendios accidentales o provocados, rige una prohibición de 30 años para realizar modificaciones en el uso y destino que se daba a esas tierras previo al inicio de los focos, ascendiendo a 60 años en el caso de bosques nativos, áreas naturales y humedales.
En línea con la normativa nacional, la Ley N° 14.892 de Manejo del Fuego fue aprobada por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y promulgada en el año 2017. Sin embargo, quedaba pendiente la implementación efectiva.
El 5 de septiembre el gobernador Axel Kicillof decretó la reglamentación de la Ley 14.892, de Manejo del Fuego en la Provincia de Buenos Aires. Esta ley establece las misiones y funciones de los tres ministerios que tienen competencia en la gestión del fuego: el Ministerio de Seguridad, el de Desarrollo Agrario y el Ministerio de Ambiente. De esta manera, brinda el marco normativo que sustenta el esfuerzo provincial en la prevención, control y mitigación de incendios con un enfoque integral desde prevenir que los fuegos se inicien, hasta atender la emergencia y trabajar en la recuperación de los territorios después de los incendios.
La Ley también creó formalmente el Consejo de Coordinación Interministerial de Manejo del Fuego que está integrado por los Ministerios de Ambiente, el de Seguridad y el de Desarrollo Agrario.
“Desde este Consejo estamos desarrollando acciones para fortalecer el Sistema Provincial de Manejo del Fuego (SPMF), así como acciones de prevención para evitar estos eventos. Entendemos que, de acuerdo a las competencias compartidas en las etapas del Manejo Integral del Fuego, debemos mantener una fluida articulación, planificación y coordinación para poder actuar de manera eficiente y desarrollar acciones de política pública que aborden la problemática de manera integral”, indicaron desde el Ministerio de Ambiente.
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