“Los Huerteros”: una propuesta de inclusión laboral en San Isidro
Por Valentina Frare
“Los Huerteros” es un emprendimiento integrado por 45 jóvenes y adultos con discapacidad que se han formado como promotores de huerta y trabajan en formato de cooperativa en la siembra, mantenimiento, cosecha y venta de diferentes productos agroecológicos. La propuesta se lleva a cabo en la huerta más grande que posee San Isidro y funciona lunes, miércoles, jueves y viernes de 9:30 a 11:30 hs en Puerto Libre (Sebastián Elcano 234).
La iniciativa funciona hace siete años y tiene por objetivo la formación e inclusión laboral de las personas con discapacidad. La actividad, permite explorar distintas variantes como la venta de la producción de vegetales de manera directa a los vecinos y a comercios, la comercialización de huertas en cajones y plantines, brindar capacitaciones a distintas instituciones y también el servicio de armado y mantenimiento de huertas domiciliarias.
Desde Zona Norte Ambiental, conversamos con Arturo Flier, secretario de Integración Comunitaria de San Isidro, acerca de la inclusión laboral de las personas con discapacidad. “Partimos de la premisa que la discapacidad tiene sus capacidades. Estamos absolutamente convencidos que lo que la naturaleza limita de un lado sobre compensa por otro. Acá no tiene nada que ver el tema de la solidaridad, de pena, de lastima lo que pretendemos es que confíen en sí mismos a su vez que la gente confíe en que las personas con discapacidad son capaces de ser competitivos en un mundo complejo”, expresó el funcionario.
Constanza Sabogal, coordinadora del espacio, destacó los cambios de los jóvenes al acercarse al espacio. “Los cambios van desde algunos simples, como pasar de no estar en contacto con la tierra y la naturaleza a ahora sentirse completamente unidos al proyecto, a notar los aromas. Además ha cambiado su compromiso, llegan, ven su tarea, tienen un ritmo de trabajo que fueron adquiriendo y aprendiendo”.
La iniciativa cuenta con una alianza con el INTA por el cual se brindan talleres de un año de duración de Prohuerta. Al finalizar los asistentes reciben un diploma que tiene validez nacional. “Después de ese año intenso pasan aquí a una huerta productivo que se da una alianza preciosa entre personas mayores y personas con discapacidad que recuerdan sus saberes, sus lugares de origen y los jóvenes le aportan sus saberes en materia de agricultura agroecológica”, comentó Flier.
La huerta de Puerto Libre recibe además la visita de colegios, jardines de infantes, venden directamente al público y ofrecen los servicios de armado y mantenimiento de huertas orgánicas en instituciones, hogares y empresas. En el vivero de árboles nativos poseen otra huerta a la que se le agrega la particularidad de poseer una cocina y gracias a ello le pueden brindar “valor agregado a los productos agroecológicos a través de la elaboración de conservas con todas las garantías de calidad”, explicó el funcionario.
Flier destaca que el proyecto de inserción laboral es a la vez una labor terapia para las personas con discapacidad que allí trabajan. Fernando, es uno de ellos. Mientras realizamos esta nota se dedicó a limpiar la zona de la huerta y tamizó la tierra. “Trabajo un montón. En la huerta me enseñan hablar, a charlar. Yo quiero agradecer, qué suerte que tengo de venir a la huerta”.
En tanto, Gaby Cabrera es otro de los trabajadores de la huerta. “Siembro, planto, cosecho, hago trasplante, remoción de tierra, pongo hojas en los canteros, riego, ponemos compost en los canteros alrededor de las verduras”, describe minuciosamente mientras trabaja la tierra acompañado por Fernanda, una de las voluntarias que celebra que en pandemia existió la huerta porque se convirtió en un lugar para “hacer algo productivo, algo que sume, sobre todo trabajar con los chicos”.
Nuevos paradigmas
Si bien el programa comenzó a funcionar hace siete años la idea de fusionar la mirada ambiental y la integración social forman parte de los desafíos que, como sociedad, nos debemos. En ese sentido, el secretario del área Arturo Flier, los lazos que han tejido con empresas en donde, por ejemplo, un laboratorio dona los residuos de jarilla y una empresa los residuos de café, que son utilizados en la fabricación del compost partiendo de la idea de sostener una economía circular. Como así aquellas empresas industriales que aportan para que puedan tener una tierra mucho más rica con todos los nutrientes.
A su vez, hay empresas que capacitan a los jóvenes “en marketing, en la manipulación de alimentos que hace a un objetivo muy claro que tenemos: que sean autónomos, constituirse como una empresa más allá de la gestión municipal”, destacó el funcionario.
Y agregó que “tenemos en carpeta otro tipo de empresas muy competitivas y cuidadosas con el medio ambiente, porque todo esto va de la mano de esta sensibilidad que los chicos y las chicas tiene mucho mayor que la de personas convencionales respecto al cuidado del medio ambiente” para que esos trabajadores puedan seguir creciendo en el mercado laboral de forma autónoma.
(*) Los interesados pueden adquirir estos productos en Puerto Libre (Sebastián Elcano 2340, Martínez), los viernes de 10:00 a 12:00, o en la planta elaboradora (O’Higgins 477, San Isidro), los lunes, miércoles y viernes de 9:00 a 13:00. Además, se pueden encargar pedidos por WhatsApp al 1165315728 y coordinar el envío.
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