by Sabrina Garcia | 13 de mayo de 2021 11:33 PM
Pabla Marcelina Villalba aprovechó su talento para la costura para coser prendas de protección para el personal de salud de los hospitales de Pilar, Tigre y zonas aledañas. Dice que son los primeros que merecen ayuda.
A Pabla Villalba nadie tiene que contarles sobre el heroísmo del personal de salud. Lo conoce de memoria ya que su hijo Patricio tuvo un accidente muy grave hace veinte años cuando lo atropelló un tren. Pasó ocho meses en coma y después tuvo que hacer rehabilitación. Desde entonces, como mamá concibió a médicos, enfermeras, y personal auxiliar como sus aliados y aprendió a quererlos y a respetarlos.
Después decidió transmitir lo que sabía a otras familias que atravesaban la convalecencia o la rehabilitación de un ser querido. Pero cuando empezó la pandemia, se dijo que no podía quedarse quieta. Apeló a lo que mejor sabía hacer: la costura ya que tiene un emprendimiento en el rubro y da clases de corte y confección, tejido y telar, y no dudó en elegir como destinatarios de su solidaridad a los hombres y mujeres del ámbito de la salud, que tanto la habían ayudado.
“El 24 de marzo de 2020 llamé a una amiga que trabaja en el Hospital Materno Infantil de Pilar, Debbie Farrell, y le ofrecí ayudar con la vestimenta de protección. Sin poder salir a comprar, con los negocios cerrados, me trajeron rollos de nylons cristal y empecé a coser botas y camisolines para los médicos y las enfermeras que luchaban contra el coronavirus”, recuerda.
Graciasss Marcela por tu colaboración!! Cosernos cada día los camisolines hidrorepelente !!
Publicado por Monica Romero[1] en Jueves, 30 de abril de 2020[2]
La noticia corrió por los hospitales de la zona y cada día llegaban a su casa de Del Viso médicos y enfermeras a pedirle ayuda. Entonces sumó a las Costureras Solidarias de Pilar y a Pilar Emprende y fueron muchas las manos que se ocuparon de cortar y coser a destajo.
[3]“Una noche, como a las 21.30, me tocó el timbre una instrumentista del hospital Falcón para pedirme ropa de protección. Yo no tenía pero le dí los que estaba cosiendo para otro hospital y después logré reponerlos. A veces nos faltaba material porque no se conseguía con todo cerrado, pero yo soy creyente y la Virgen María siempre hacía que surgiese una donación y podíamos cumplir”, cuenta. Pabla precisa que su ayuda también llegó a unas 16 salitas de La Matanza y Tigre.
A la hora de cuantificar la solidaridad que generó, Pabla tiene en su haber unos 70 mil barbijos que se repartieron en merenderos, geriátricos y salitas de Pilar, y una cantidad incontable de camisolines y botas para los quirófanos y las salas de terapia. “Tuve apoyo de mucha gente que me donaba materiales, me ayudaba con la logística, llevando y trayendo cuando no se podía circular. Mi familia me entendió siempre y colaboró en todo”, agradece esta madre de ocho hijos, abuela de 11 nietos, en pareja hace 39 años.
El paso del DISPO al ASPO, la presencialidad de las clases y la vuelta atrás para evitar contagios no modifican las ganas de ayudar de Pabla. Su taller de costura ahora, además de barbijos, confecciona toallas de mano y bolsitas para armar kits de higiene para los nenes en edad escolar. “Con mi amiga y socia Yvonne Cleque estamos armando 540 kits, para toda la matrícula de una escuela cercana. Creemos que los chicos son los que pueden llevar estos hábitos de higiene y cuidado a sus casas”, cuenta mientras no deja de apretar el pedal de su máquina de coser.
“Nos gustaría armar una asociación civil para seguir ayudando con lo que sabemos, la costura. Yo aprendí de mi mamá, que ayudaba cuanto podía. Ese es el legado que quiero dejarle a mis hijos y nietos”, cierra ilusionada.
Fuente: Télam
Source URL: https://www.zonanorteambiental.com.ar/mascaras-y-camisolines-para-la-primera-linea-contra-el-coronavirus/
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