Matías Molle: “La literatura me parece fundamental para pensar la política”
Por Milagro Pannunzio y Manuela Herrera
“La fórmula de lo real” es un libro que se lanza de la mano de Matías Molle, político, y ahora oficialmente escritor.
Existe una cierta melodía particular que resuena en nuestros oídos al pronunciar la palabra biblioteca. Borges una vez dijo que se imaginaba al paraíso como una de ellas. Cortázar escribió en su Rayuela que tenía la melancolía de una vida demasiado corta para tantas bibliotecas. Pero quizás esas imágenes puedan ser reemplazadas por otra, diferente: la de una biblioteca como una suerte de puerta de entrada al mundo interno de quien la armó. Y así recibió Matías Molle a San Fernando Nuestro y Zona Norte Ambiental: abriendo las puertas de su biblioteca.
¿De qué trata tu primer libro, “La fórmula de lo real”?
– La fórmula de lo real trata de varias cosas. La trama central, podríamos decir en términos clásicos, un policial, aunque para mi hay una mezcla de géneros. Cuanta sobre la desaparición de una persona, y su hermano, que es alguien con quien no tiene una relación muy estrecha, hace mucho tiempo que no se vinculan personalmente, se preocupa por esa situación y decide emprender una búsqueda. En esa búsqueda, al no tener una relación tan estrecha entre hermanos, necesita recomponer un poco su vida, para saber en qué andaba. En esa búsqueda, reconstrucción para atrás de la vida de Patricio, que es el hermano que ha desaparecido, se empiezan a mezclar un montón de otras historias. Hay historias que tienen que ver con los medios de comunicación porque el padre de ambos, de Patricio y Martín, es un importante empresario de medios de comunicación, tiene un multimedios. Patricio, quien desaparece, es periodista. También se mezcla con situaciones con servicios de inteligencia públicos y privados; una historia de fondo que está relacionada con guaraníes y jesuitas, la propia historia familiar, la historia de espías, la historia de medios de comunicación, la historia de poder. Hay muchas variables en juego.
¿Por qué escribir una novela, qué te llevó a la elección de ese género?
– En realidad a mi me gusta escribir desde hace mucho tiempo, la otra vez me preguntaban por qué y yo decía ‘algunos van a terapia, o hacen deporte, o meditan, yo escribo’. Cuando necesito conjurar un poco todo aquello que me afecta o por lo que soy afectado, que es la realidad misma, lo laburo escribiendo.
A veces son ideas, me gusta escribir mucho en términos de ensayo, me encanta. A veces lo hago simplemente para mí, como idea, para desarrollarla y tenerla trabajada para después compartirla, y también muchas otras veces escribo más como ficción, porque lo que la ficción te permite es traspasar los límites. Saer dice que lo que la ficción es como la antropología especulativa, es decir que son historias de hombres y mujeres en los que uno especula, entonces lo que la literatura te permite es eso, jugar, ir más allá de los límites, poner en juego situaciones diversas.
En definitiva tiene que ver con eso la novela, cómo las historias que nos narran, cómo a veces somos narrados por otros y eso nos determina de alguna manera, y cómo esas narraciones nos afectan, cómo hacen que obremos de determinada manera. Por eso también el título, ¿Cuál es la fórmula de lo real? ¿Qué es lo real?
¿Cómo surgió la idea de escribir y publicar un libro?
– Bueno, eso es más complicado, sobre todo porque en la industria no es fácil publicar una novela, y a parte yo no provengo del mundo literario. Lo mío, lo que me interesó siempre fue la política, y la verdad es que el tiempo que tengo es para militar y trabajar con los compañeros y compañeras. Este libro lo escribí en el 2018 y después se lo di a algunos amigos y amigas a los cuales estimo, les gustó y uno de ellos me dijo ‘¿por qué no se lo das a Fede García?’, que es el editor de “Hasta Trilce”, una editorial independiente, muy artesanal. Se lo di y le gustó, y a partir de ahí empezamos a trabajar un poco más. En el 2018 la escribí y la dejé estacionada ahí, y cuando la volví a retomar hace un año la retoqué un poco y ahí surgió la posibilidad de publicarlo.
¿Cuánto de vos hay en este libro?
– Siempre, siempre hay un montón. Vos todo el tiempo estás afectado por miles de situaciones, por tus amigos, por tus compañeras, por tus compañeros, por la familia y eso lo pones a jugar ahí. No es que vos podes poner un límite y tu propia experiencia la puedas correr de lo que escribis. Si bien a mi no me pasaron las cosas que le pasaron a los personajes, sin embargo si he pasado o tengo idea sobre las cosas que suceden: sobre los medios de comunicación, sobre el poder, sobre las relaciones familiares, sobre los objetivos no cumplidos, sobre lo que falta y lo que sobra. Entonces, eso tuyo haces que sea hablado por otros, provocas que otros lo hablen y como te dije, como es ficción, podés incluso llevarlo a un límite en el que quizás en la vida común no lo pondrías. En la ficción vos le dejas a los personajes que se excedan y ahí me parece que aparece lo interesante.
¿Es tu primer libro?
– Sí, o sea yo cuando estaba en la universidad fui parte de un grupo editor de una revista que se llamaba “La Escena Contemporánea” en donde escribíamos ensayos y se publicaban. Pero en ficción, sí: no es lo primero que escribí, ni va a ser lo último, pero sí por lo menos es lo primero que se publica.
¿Estás trabajando en un nuevo libro?
– No, no. Ahora la verdad no tengo nada de tiempo. Sí lo que me va pasando es que estoy en cualquier lado , se me aparecen ideas y necesito anotarlas en algún lado, pero todavía no las trabajo. Yo para escribir esa novela tardé tres meses, pero tenía anotaciones, temas y discusiones de diez, quince años.
¿Cómo fue el proceso para que salga a luz?
– Fue un proceso donde tuve que tomar la decisión de tener cierta disciplina. Muchas veces yo escribía, pero entre que escribía, terminaba y volvía a retomar pasaban diez días, quince días y ya después no podía conectar con aquello que había escrito, necesitaba transformar y como que nunca avanzaba. Entonces cuando ya sentía que tenía muchas cosas dando vueltas que podían conformar una única obra, tomé la decisión en un momento en que tuve un poquito más de tiempo de dedicarle a la novela, a terminarla. Fueron tres meses en los que le metí con todo. Hacía lo que tenía que hacer, pero después me quedaba si hacía falta después de acostar a los chicos escribiendo hasta la madrugada y al otro día continuarlo, porque necesitaba esa continuidad. Si no sentía que algo se quebraba. Así que por eso fue rápida la escritura.
¿Qué te genera que te lean otros?
– Obviamente me da un poco de vértigo, pero me encanta la idea de que a alguien le pueda pasar lo que a mí me pasa cuando leo a otros autores. A mí me encanta encontrarme con un libro y que me genere algo, que me despierte algo, aunque sea una discusión, no necesito estar de acuerdo con el autor. Ahí es cuando creo que hay algo que es valioso. Sentir que a otros y a otras les puede llegar a generar algunas de las discusiones que tengo yo con ciertos temas sería para mí lo máximo.
¿Dónde se puede conseguir el libro?
– El libro se puede conseguir por internet en la web de la editorial, Ediciones Hasta Trilce y ahí mismo en el web podes encontrar en qué librería va a estar.
¿Va a haber una presentación del libro?
– Tengo toda la intención de hacer una presentación con gente amiga. Para mi esto es un gran proyecto, verlo físicamente te cambia bastante la mirada, así que me encantaría poder compartirlo con la gente que a uno lo quiere y lo estima, y que uno quiere y estima; así que sí, tengo la intención de hacer una presentación. Poder charlar de lo que habla un poco la novela, porque trata temas que son de actualidad, es una novela contemporánea, entonces me parece que sirve para charlar sobre política y literatura, todo ese lindo matrimonio que se da entre ambas líneas.
En este matrimonio, ¿cómo se compatibiliza la política y la escritura?
– Cada uno tiene sus propias teorías sobre qué le sirve a cada uno. Algunos dirán ‘bueno, a mí me gusta el cara a cara con la gente y eso me alimenta’, otros dirán ‘bueno, yo estudio economía, sociología, ciencias políticas y eso también me alimenta en lo que es la cuestión política’. A mí la literatura me parece fundamental para pensar la política. No necesariamente porque hay escritores que piensan ‘che, con esto voy a hacer una novela política’; no se trata de que sea un panfleto, sino que los escritores lo que hacen es trabajar lo que ellos ven en la realidad y lo que a ellos les sucede, lo ponen en un escenario -o en varios-, con distintos personajes y todo eso lo laburan y juegan con los límites. Entonces a aquellos que nos gusta la política también la literatura nos ofrece un trabajo sobre lo real. A mí me gusta mucho Walsh, y yo agarro sus cuentos y veo discusiones sobre el líder, la política, lo colectivo, cómo resolver los propios miedos, cómo trabajar las relaciones… Así me pasa con un montón de escritores. Aparte en Argentina en particular, la literatura siempre estuvo atravesada por lo político, desde su inicio. También obviamente me encanta leer ensayos, historia y demás, pero siempre con la ficción tengo esa relación en donde siento que me nutre mucho más.
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