Que el virus no te tape al mosquito
Por Sabrina García*
La provincia de Buenos Aires publicó el Boletín Epidemiológico de la semana 17 correspondiente del 19 al 25 de abril. Allí analiza cuatro factores: sarampión, dengue, hantavirus y COVID-19. Sin bien los ojos están puestos en la pandemia que transitamos, no debemos dejar de la lado otro factor que es el crecimiento de la enfermedad producto de la picadura del mosquito.
En relación al sarampión, el informe detalla que “desde comienzos de septiembre (2019), Argentina está registrando la mayor incidencia de casos confirmados de sarampión desde la eliminación de la circulación endémica del virus, alcanzada en el año 2000 y certificada en 2016 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)”.
Y explica que desde el comienzo del brote hasta la semana pasada “se confirmaron en la provincia de Buenos Aires 128 casos de sarampión, distribuidos en 20 municipios”. Entre ellos se encuentran Tigre (2) y Vicente López (2), por citar a los que corresponden a la Región Metropolitana Norte.
En tanto, los datos vinculados al dengue señalan que en nuestro país “entre la semana 31 de 2019 hasta la semana 14 de 2020 se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud 39.573 casos con sospecha de los cuales 14.237 resultaron confirmados o probables para dengue (11.297 sin registro de antecedentes de viaje en 17 provincias y 2.945 casos con antecedentes de viaje a zonas con circulación viral fuera de la jurisdicción de residencia o con antecedente epidemiológico en investigación)”. Es decir, se registra la aparición sostenida de casos autóctonos.
En la provincia de Buenos Aires esos casos indican un escenario de brote en los siguientes 29 municipios:
- Región Sanitaria IV: San Nicolás.
- Región Sanitaria V: Escobar, José C Paz, General San Martín, Malvinas Argentinas, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Vicente López.
- Región Sanitaria VI: Los nueve municipios registran zonas con circulación viral autóctona.
- Región Sanitaria VII: General Rodríguez, Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, Moreno, Morón y Tres de Febrero.
- Región Sanitaria XI: Berisso, La Plata.
- Región Sanitaria XII: La Matanza.
- Entre los casos confirmados de dengue, en PBA, en lo que va del año solo el 14% registró viaje previo al inicio de los síntomas.
En la siguiente tabla se comparan los datos del 2019 y 2020. En Región V (integrada por los municipios de la zona norte), el año pasado, para esta época había 32 casos entre confirmado y probable; este año hay 372 casos.
Mapa de casos positivos (confirmados y probables) de dengue según Semana Epidemiológica por 100.000 habitantes según partido, Gran Buenos Aires. Semana 1 a 16, año 2020.
En la siguiente tabla aparecen los datos correspondientes a la Región V
En relación a la situación epidemiológica de hantavirus, en la provincia de Buenos Aires se demuestra que “es una enfermedad endémica de tipo estacional, en primavera-verano, concentrándose el 70% de los casos entre noviembre y marzo de cada año”, explica el informe y agrega: “el problema más importante no es la incidencia anual sino la letalidad de los casos que puede superar el 30% y la posibilidad de que en ocasiones se produzca un brote en algún lugar de exposición de varias personas en un ambiente o vivienda invadida por roedores silvestres”.
Dicho esto, la comparación entre 2019 y 2020 de la Región V indica que para el primer año entre confirmados y sospechosos había 3 casos y en el año en curso 2.
Finalmente, el informe analiza la situación de COVID-19 en la provincia de Buenos Aires e informa que “desde el inicio de la vigilancia se registraron 16.496 casos sospechosos, de los cuales 1.181 fueron confirmados. Los casos confirmados son en un 49% de sexo masculino”.
“Hasta la fecha se registraron 185 altas y 73 casos fallecidos. El 67% de los casos fallecidos son de sexo masculino. El rango de edad es de 27 a 95 años (mediana 72 años). De los casos fallecidos solo 6 no presentaban comorbilidades. Las comorbilidades más frecuentemente registradas son la hipertensión arterial, obesidad y diabetes”, explica el informe.
Sabemos cómo no propagar el virus pero ¿qué pasa con el mosquito?
A esta altura podemos decir que las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio; las campañas que indican el uso de barbijo, el lavado recurrente de manos, el uso de alcohol en gel y la utilización de productos de desinfección; la distancia social y los cuidados mínimos que implican no propagar el virus (como ser estornudar en el codo); nos permiten asegurar que están instalados en la sociedad cuáles son los cuidados que debemos tener en cuenta a fin de no propagar el virus de COVID-19.
Si bien hablamos de una pandemia, los números detallados más arriba indican que el contagio de dengue en nuestro país está más vinculada a la transmisión autóctona que a la generada por viajar. A esta altura sorprende que no podamos asimilar los mismos cuidados que tenemos con el COVID-19 en relación al mosquito.
Cómo prevenirlo
El dengue se transmite por la picadura de las hembras del mosquito Aedes aegypti. Cuando una hembra se alimenta de sangre de una persona enferma de dengue adquiere el virus y, al picar a otras personas, lo transmite. El contagio solo se produce por la picadura del mosquito, no hay contagio de persona a persona. Estos mosquitos también transmiten el virus chikungunya y virus Zika.
La medida más importante de prevención es la eliminación de los criaderos de mosquitos, es decir todos aquellos recipientes que acumulen agua dentro y fuera de casa, ya que este mosquito tiene hábitos domiciliarios.
El mosquito Aedes Aegypti solo necesita agua quieta y un poco de sombra para dejar sus huevos y reproducirse. Cualquier recipiente con una mínima cantidad de agua puede ser un criadero. Eliminarlos está al alcance de cualquier persona. Mediante tareas simples podemos evitar que el mosquito se reproduzca.
Además es importante evitar la picadura del mosquito:
- Usar siempre repelentes, siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase.
- Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
- Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
- Emplear repelentes ambientales como tabletas y espirales.
(*) Sabrina García. Periodista
Nota elaborada con datos aportados por la PBA