by Sabrina Garcia | 7 de noviembre de 2024 6:21 PM
Ricardo La Regina fue encontrado culpable de daño ambiental y crueldad animal, mientras que la pena se dará a conocer el próximo lunes. Se calcula que dañó más de 2000 metros cuadrados de flora y fauna.
El productor ganadero Ricardo La Regina fue encontrado culpable de la matanza de pingüinos en la reserva de Punta Tombo, Chubut, ocurrida en 2021, tras utilizar una topadora para abrir un camino desde su estancia hacia el mar. El tribunal de Chubut expresó que la resolución que se conoció este jueves genera un “antecedente judicial importante en el cuidado del medio ambiente”. La condena se conocerá el próximo lunes 11 de noviembre.
Los jueces Carlos Richieri, Eve Ponce y Laura Martini determinaron por unanimidad que el empresario “es autor penalmente responsable de daño agravado en concurso ideal con crueldad animal” por haber causado la muerte de numerosos pingüinos en la estancia Punta Clara, ubicada al norte de la reserva.
En el caso de la crueldad animal, lo declararon culpable por dos hechos ocurridos entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre de 2021. A su vez, fue absuelto de otros sucedidos entre el 10 y 14 de septiembre de ese año.
El juicio comenzó el 28 de octubre, cuando La Regina se presentó ante el tribunal bajo las acusaciones de causar la muerte de los animales y destruir sus nidos, en el período de agosto y diciembre de 2021. La causa provocó indignación debido a los daños que sufrió la fauna local, y se centró en el uso no autorizado de maquinaria pesada en esa área.
“Se trata de un caso sin antecedentes que afectó el ambiente, la biodiversidad, la flora y la fauna en un sector que debía ser protegido”, expresaron desde el Ministerio Público Fiscal de la provincia.
La Regina había sido denunciado por su tío, Alberto, que fue uno de los primeros guarda fauna del lugar y tiene la concesión de una confitería en esa zona. Luis, su padre, fue quien donó las tierras años atrás para la creación de la pingüinera.
“Con el diario del lunes es fácil decirlo, podría decirse que no fue la forma correcta. Pero debido al contexto y las condiciones donde se desarrollaron los hechos, tampoco había otra salida”, expresó el productor ganadero antes de ingresar a la audiencia. “El Estado estuvo ausente por más de 10 años y la Justicia tampoco actuó en ese momento”, dijo al manifestar que le estaban “robando su única forma de vida”, que es el ganado bovino.
De acuerdo con la investigación, el productor ganadero utilizó una retroexcavadora para abrir un camino paralelo a la costa, sin la debida autorización de las autoridades correspondientes. Esta acción, según los testimonios de los peritos, afectó negativamente los nidos de pingüinos, especialmente durante la época de reproducción de la especie. El daño se vio reflejado en la destrucción de áreas clave para la reproducción de los animales, lo que resultó en la muerte de ejemplares, entre ellos, huevos y crías.
Además de la utilización de la retroexcavadora, La Regina también fue acusado de instalar un alambre electrificado sin permiso, lo que según los investigadores habría alterado aún más el entorno natural de los pingüinos. La instalación de este alambre y la maquinaria empleada contribuyeron a la pérdida de hábitat crítico para la fauna autóctona, lo que motivó las denuncias por parte de organizaciones ambientalistas y defensores de los derechos de los animales.
En la primera jornada del juicio, Ricardo La Regina ofreció una propuesta reparatoria con la intención de enmendar parcialmente el daño causado. El ganadero propuso donar 500 hectáreas de tierras al Estado, con el fin de que se llevara a cabo un plan de manejo para los recursos naturales de la zona.
Entre las tierras ofrecidas se encontraba la denominada Punta Clara, una porción de terreno cercana a la reserva de Punta Tombo. La Regina sugirió que esta donación contribuiría a la protección de los pingüinos y otros recursos naturales de la región.
Sin embargo, la fiscal general Florencia Gómez y los dos querellantes se opusieron a la aplicación de la suspensión de juicio a prueba y a la propuesta de reparación. La fiscalía consideró que la gravedad de los hechos no podía resolverse mediante una solución acordada fuera del juicio, especialmente dada la magnitud de los daños ocasionados al medio ambiente.
Durante la etapa de alegatos, la fiscal Florencia Gómez enfatizó que “los delitos cometidos quedaron acreditados” gracias a los testimonios de expertos y profesionales que participaron en la investigación. Estos especialistas dieron cuenta del daño directo e irreversible provocado por La Regina, que, según señalaron, fue consciente de las consecuencias de sus acciones.
En su exposición, la fiscal detalló que “la acción efectuada con una máquina retroexcavadora produjo un desmonte de más de 2000 metros cuadrados de flora y fauna, afectando zonas de vegetación cuya propiedad no le corresponde al imputado, sino al Estado”. A su juicio, el impacto ambiental fue tal que algunas de las áreas afectadas resultaron irrecuperables. Los daños, además de destruir el hábitat de los pingüinos, afectaron nidos, huevos y crías durante su ciclo reproductivo.
Para la fiscalía, las pruebas son claras: “Hubo un desprecio total por la biodiversidad del lugar”. Según Gómez, el imputado actuó con plena conciencia de los daños que estaba causando, priorizando su interés económico por encima de la preservación del medio ambiente. “El imputado entendió que estaba causando daño en procura de su objetivo económico, que puso por encima del grave impacto ambiental que ocasionó”, concluyó la fiscal.
Fuente: Perfil
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